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Con esta sección queremos fomentar no solo la cocina sana, sino ayudar a cambiar de hábitos alimenticios para llevar una vida más saludable. Nuestras frutas y verduras te ofrecen eso, salud, ya que están cultivadas con sumo cuidado y cariño, sin utilizar sustancias contaminantes, nocivas para la tierra y, en definitiva, para quien se alimente de ella.
Te daremos a conocer las propiedades de los diversos alimentos que te podamos ofrecer, según su temporada, y unas suculentas recetas para que sorprendas a tu gente e, incluso, a tí mism@.
Esperamos que te guste.
Nos fuimos al Mercado Ecológico de Valleseco, donde nuestra compañera Carla nos explicó muchas cosas, entre ellas la importancia del consumo local, no solo para evitar el transporte, sino para apoyar a la economía de nuestra gente...
Detrás de cada verdura, de cada fruta u hortaliza, hay una persona, una familia de tu entorno que la cultiva. De ahí la importancia de comprar localmente, para favorecer a las familias de nuestra isla.
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Debemos darnos cuenta del poder que tiene cada producto que compramos. Al estar comprando un producto local, pagamos a la persona que lo cultiva, que lo elabora, que te da el servicio, y como mucho a quien lo transporta hasta el puesto, que normalmente es la misma persona que lo cultiva. De esta manera, formas parte de una cadena corta y con tu dinero das trabajo, y contribuyes a mantener esa familia. Qué mejor que encontrar algo que te beneficie a ti, como es la salud y el bienestar, fomentando al mismo tiempo el trabajo cerca de ti.
Si lo comparamos con una gran superficie, la cadena es muchísimo más grande y, además de cambiar la calidad del producto y sus propiedades, en cultivos grandes se tratan las tierras de manera industrial, utilizando químicos para que el resultado del producto sea atractivo. Esto no significa que conserven su sabor y nutrientes, más bien al contrario, los van perdiendo por el camino.
Al ser producciones grandes que vienen de fuera, la cadena se multiplica y hay muchísima gente por medio. Pasa por muchas manos que hay que pagar, y para que toda la cadena sea justa (buenos salarios y bienestar laboral para los y las trabajador@s), se hace complicado. Para que tu compra llegue a tu mesa, tiene que pasar por muchas fases, al estar a kilómetros de tu hogar.
Comprando en kilómetro cero, es casi venta directa de agricultor@s a consumidor@s, y tú sabes a quién das tu dinero. Con tu compra, tu vecino, comadre, persona de la isla se está manteniendo y contribuyes a la economía local.
Les dejamos con Carla, que nos lo explica mucho mejor:
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